El posicionamiento web se ha convertido en una de las mejores herramientas a la hora de triunfar en Internet. Sin duda alguna, la pandemia del coronavirus ha provocado importantes cambios en todos los sectores económicos, algo que se puede ver reflejado en las ventas online, ya que estas se han disparado en los últimos meses. Según los datos publicados por la consultora Nielsen, el comercio electrónico se incrementó un 86,6% en todo el mundo durante el periodo de confinamiento.
Un crecimiento increíble, que demuestra la importancia de estar presente en Internet. Pero no solo basta con tener una página web o una tienda online, puesto que el nivel de competencia en la red es cada vez más alto. Por tanto, aparecer en las primeras posiciones de los buscadores se ha vuelto indispensable, sobre todo, para aquellos negocios que quieren triunfar en Internet.
En este sentido, el posicionamiento web es una de las herramientas digitales más eficaces que se pueden utilizar para subir puestos en los motores de búsqueda. Esta optimización en buscadores está compuesta por el posicionamiento SEO y SEM, dos importantes pilares del marketing digital que vamos a tratar de analizar a continuación.
¿Qué es el posicionamiento SEO?
En los últimos años, Internet se ha convertido en un mercado muy amplio, en el que están presentes una gran cantidad de empresas y negocios. Un escenario perfecto para alcanzar clientes potenciales, puesto que cada vez son más los usuarios que se conectan a la red de manera habitual. Pero, ¿qué acciones hay que llevar a cabo para tener éxito en Internet?
Posicionarse en los primeros resultados de búsqueda es clave, ya que por lo general, las personas tan solo acceden a las 2 o 3 primeras páginas que muestra el buscador. Por ello, los propietarios de las páginas webs deben trabajar duro en todo lo que rodea al posicionamiento web, y más especialmente, al posicionamiento SEO. Para los que lo desconozcan, el posicionamiento SEO es la optimización en los buscadores.
Es decir, el SEO -Search Engine Optimization- es un conjunto de acciones que influye en la posición que ocupa la página web en los motores de búsqueda. Para conseguir el mejor resultado posible, lo más adecuado es trabajar tanto el SEO on page como el SEO off page. El primero hace referencia a la optimización interna de la web -textos, palabras clave-, mientras que el segundo se mejora con acciones externas a la web.
¿Qué es el posicionamiento SEM?
Generalmente, la mayoría de las empresas que tienen un sitio web en Internet están acostumbradas a trabajar el posicionamiento SEO, ya que es una pieza fundamental a la hora de optimizar la posición en los buscadores. Sin embargo, no es el único tipo de posicionamiento que existe. Y es que aunque es menos conocido, el posicionamiento SEM también forma parte de la estrategia de marketing digital de muchos negocios.
Se puede decir, que el SEM – Search Engine Marketing- es el marketing en motores de búsqueda. La principal característica del posicionamiento SEM es que es de pago, por lo que es necesario ingresar una determinada cantidad de dinero para llevarlo a cabo. A través del posicionamiento SEM, los usuarios pueden crear anuncios en algunos buscadores como Google.
Estos anuncios digitales contienen un enlace que direcciona a la página web o tienda online del negocio, de manera que los clientes llegan directamente al producto que el empresario quiere promocionar. Una herramienta ideal para dar a conocer un negocio, o para realizar campañas de venta, puesto que gracias al posicionamiento SEM, los anuncios aparecen delante de los resultados orgánicos -posicionamiento SEO-.
¿En qué consiste el posicionamiento en redes sociales?
Hace unos cuantos años, el posicionamiento SEM estaba basado únicamente en la publicidad en buscadores, sin embargo, esta herramienta ha avanzado notablemente con la aparición de las redes sociales. Y es que hoy en día, cualquier empresa puede abrir una cuenta en Facebook, Twitter o Instagram y empezar a realizar campañas de publicidad en cuestión de minutos.
Las redes sociales son un excelente instrumento de promoción, ya que la mayoría de los usuarios que se conectan a Internet las utilizan a diario. El abanico de opciones es realmente amplio, debido a que cada red social se caracteriza por tener un público, de modo que los negocios solo tienen que analizar cuál les interesa más. Por ejemplo, la red social Instagram está más destinada al público joven o adolescente.
Por su parte, Facebook es más propia de gente adulta, mientras que Twitter está más enfocada a las empresas y a las organizaciones. Y por supuesto, no hay que olvidarse de Youtube, puesto que lo que nació como una plataforma de vídeo para los usuarios, se ha acabado transformando en una increíble aplicación que permite crear anuncios de pago para llegar a multitud de clientes potenciales.
